Publicado en la sección Bits Libres del periódico Entretodos, en marzo del 2017

Impulsar la Innovación (y II): Cambiar el “no” por “¿qué tal si…?”

Ante las ideas nuevas, diferentes, la primer reacción es de rechazo.

No permitir que los alumnos den su propio punto de vista se da en aquellos maestros que hacen que sus alumnos repitan como perico las lecciones. En el momento en que el aula es un lugar libre para compartir nuevas ideas, se afirma la libertad de expresión y mantiene el entusiasmo, en especial si el maestro estimula la reflexión en los estudiantes enseñándoles a pensar fuera de lo establecido, logrando que éste se lance a explorar y a buscar el conocimiento, y llegará el momento en que el estudiante tome conciencia de su autoaprendizaje.

No sabemos en dónde, cómo y en quién va a surgir la siguiente idea que rompa el paradigma actual. Pero debemos buscar y alentar la experimentación e investigación, mantener el intercambio de conocimientos, fomentar equipos con perfiles diferentes.

Muchos prefieren hacer lo mismo de siempre en vez de intentar hacer cosas diferentes por miedo a la burla o a fallar. Innovar es como caminar sobre la cuerda floja: se necesita mucho valor, pasión y perseverancia para pensar y actuar diferente. La única constante es el cambio, y con las Tecnologías de la Información y Comunicación (T.I.C.) todo el tiempo es estar dos o tres pasos adelante de lo que nos rodea.

No hay mejor momento para innovar que los tiempos de crisis: ¿Quién ve que se acerca una crisis? ¿Quién ya está en una?… y más importante ¿Quién tiene la solución?

Piensen. Hablen. Actúen.